Empresas saludables: un paso más en la prevención de riesgos laborales

A lo largo de las últimas décadas se ha llevado a cabo una titánica tarea para lograr que las empresas avancen en la implementación de medidas de seguridad y prevención. A día de hoy, podemos decir que gracias al esfuerzo realizado, tanto desde las administraciones públicas como desde las entidades privadas y de los trabajadores, se ha logrado reducir de forma notable el número de accidentes y enfermedades surgidas en el ámbito laboral.

El camino por recorrer aún es largo, pero el aumento del número de innovaciones está contribuyendo fuertemente a mejorar la calidad de vida del trabajador. Y estos cambios abarcan tanto aspectos tecnológicos como de concepto, especialmente sobre cómo se debe entender la prevención y el cuidado de la salud del trabajador. En este último caso, son muchos los que cada vez confían y apuestan de forma decidida por transformar su compañía o institución en lo que se conoce como empresa saludable.

Las características del mercado actual, que es cada vez más competitivo y complejo, han traído consigo cambios en las formas organizacionales y en cómo se debe entender el papel que juega el trabajador dentro de la empresa. De hecho, hace tiempo que éste dejó de ser un mero ente productor para pasar a ser un actor activo que también participa de su propio bienestar laboral.

Pero para que nos quede más claro, ¿qué entendemos exactamente por empresa saludable? Si recurrimos a la Declaración de Luxemburgo de finales de 1997, centrada exclusivamente en la promoción de la salud en el trabajo, la empresa saludable sería aquella que promueve el esfuerzo conjunto de los empresarios, los trabajadores y la sociedad para mejorar la salud y el bienestar de las personas en el lugar de trabajo. Todo esto se lograría a través de mejorar la organización y las condiciones de trabajo, de promover la participación activa y de fomentar el desarrollo individual.

Este concepto entra en perfecta armonía, no solo con el cumplimiento de todas las medidas de prevención y seguridad, sino también con todas aquellas que promueven la conciliación de la vida laboral con la familiar, la existencia de horarios razonables, la promoción del trabajo en equipo y la cooperación y también, muy importante, con aquellas que sirven para que sus trabajadores interioricen la importancia de cuidar su propia salud y la de sus compañeros.

Importancia de los empleados

Pero para lograr estos objetivos es fundamental, como decíamos anteriormente, dar un giro a esa forma de entender el contacto y la relación trabajador-empresa. En este caso, habría que comenzar por garantizar que la dirección interiorice el hecho de que sus empleados son elementos indispensables sin los que no se podría funcionar. Una vez reconocido esto, se debe fomentar la existencia de una cultura que anime a los trabajadores a aumentar su grado de motivación y de responsabilidad de cara a su desempeño diario en la empresa.

En relación a la organización del trabajo en sí, tal y como recoge la Declaración, las empresas deben apostar por buscar formas que garanticen a los empleados un equilibrio entre las demandas del trabajo, su control sobre él, su formación y todo lo que tenga que ver con el reconocimiento social. Todo esto ha de complementarse con una política de personal en la que se incluya, como punto relevante, la promoción de la salud.

Quizá son muchos los que aún piensan que, en una situación de crisis como la actual, invertir en seguridad y prevención, más allá de lo que la ley recoge, no tiene ningún sentido y, además, es una inversión a fondo perdido. Hay que reconocer que se trata de una percepción muy extendida. Sin embargo, ha quedado ampliamente demostrado que apostar por modelos como el de la empresa saludable ayuda a aumentar la implicación de los trabajadores en la empresa mejorando, así, los procesos productivos de forma notable.

Sin lugar a dudas, las medidas enfocadas a promover la seguridad y salud en el trabajo han sido y continúan siendo decisivas para reducir los accidentes y prevenir enfermedades profesionales. Sin embargo, siempre se debe aspirar a lograr que esa disminución sea lo más alta posible. De ahí que la promoción de la salud en el trabajo a través del concepto de empresa saludable sea el complemento perfecto a toda esta labor de prevención que no podemos dejar nunca de realizar por el bien de todos.

Pilar Collantes Ibáñez

Directora General de OSALAN
Experta en Organización en el Trabajo

Recibe nuestras noticias
Suscríbete GRATIS