El Parlamento Europeo reducirá a una décima parte la exposición al amianto
El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado la revisión de las normas sobre la exposición al amianto en el entorno laboral para reducir el máximo permitido a una décima parte del umbral actual y garantizar así una mejor protección de los trabajadores y la detección temprana del amianto.
Las nuevas normas, que la Eurocámara ya pactó en junio con los estados miembro, se han adoptado por 614 votos a favor, dos en contra y cuatro abstenciones, y reclaman el uso de tecnologías más modernas y precisas para detectar la presencia de fibras de amianto.
Con esta normativa, el límite de exposición en el trabajo pasará de 0,1 a 0,01 fibras de amianto por centímetro cúbico y no habrá período de transición. Después de un período de transición máximo de seis años, los Estados miembros tendrán que cambiar a una tecnología más moderna y sensible que pueda detectar fibras, concretamente la microscopía electrónica. Luego tendrán la opción de reducir el nivel a 0,002 fibras de amianto por cm³, excluidas las fibras delgadas, o a 0,01 fibras de amianto por cm³, incluidas las fibras delgadas.
Las nuevas reglas también incluyen nuevos requisitos para proteger más sólidamente a los trabajadores. Tendrán que usar equipo de protección individual y respiratorio, la ropa deberá limpiarse de manera segura, habrá un procedimiento de descontaminación y requisitos de capacitación de alta calidad para los trabajadores.
El amianto es un carcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer, (como el tabaco) extremadamente peligroso, cuya presencia constituye un problema para numerosos sectores, como la construcción, la renovación y la extinción de incendios. Es, con diferencia, la principal causa de cáncer relacionado con el trabajo: el 78% de los cánceres profesionales reconocidos en los estados miembros de la UE están relacionados con la exposición al amianto. Aunque todas las formas de amianto están prohibidas en la UE desde 2005, las fibras de amianto todavía están presentes en millones de edificios e infraestructuras, matando a más de 70.000 personas al año en Europa.
Ahora que ha sido refrendado por el pleno del Parlamento, el acuerdo necesitará aún el visto bueno formal de los Veintisiete, y podrá entrar en vigor una vez el pacto ratificado sea publicado por el Diario Oficial de la UE.