Barakaldo retoma la segunda fase de las obras de la Escuela de Aprendices

El Ayuntamiento de Barakaldo ha aprobado la licencia de obra para la reanudación de los trabajos de la Escuela de Aprendices; un trámite que supone la segunda fase de las obras de rehabilitación que está llevando a cabo la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia. El proyecto que retomó las obras tras encontrar problemas estructurales en los derribos del interior del edificio, busca recuperar el modelo de formación de la antigua Escuela de Aprendices de Altos Hornos de Vizcaya.

Durante la demolición, vaciado y desescombrado interior, se detectaron graves deficiencias estructurales que afectaban a la mayor parte de pilares y vigas del edificio. La necesaria labor de refuerzo estructural supuso un importante retraso en la planificación inicial de las obras, así como un considerable aumento del presupuesto consignado acercándose a los cuatro millones de euros.

Una vez corregidos todos los defectos estructurales y realizado el saneamiento bajo solera, se inician ahora los trabajos en fachadas -limpieza e instalación de nuevas ventanas-  pavimento, techos y paredes interiores, ascensor, pinturas y resto de acabados. «La verdad es que este proyecto ha tenido que hacer frente a diferentes problemas, el último de ellos la pandemia del coronavirus que ha vuelto a retrasar las obras, pero la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia nos ha comunicado esperan que para final de año puedan comenzar a equipar y homologar las aulas con el fin de llevar a cabo la tarea formativa prevista», ha trasladado la alcaldesa.

De esta manera, la Alhóndiga quedará reconvertida en un Centro de Formación para la cualificación y adquisición de experiencia de personas desempleadas utilizando en el proceso la misma metodología que se aplicaba en las Escuelas de Aprendices y cuyo eje central era el contacto directo con las empresas.

La Escuela de Aprendices del siglo XXI quiere acercar a la ciudad una formación adaptada a los requerimientos y necesidades de las empresas actuales, para formar a las personas en aquellos puestos que más se demanden, mejorando así la empleabilidad.  «Este proyecto siempre nos ha parecido importantísimo para nuestra ciudad, por eso firmamos un convenio con la Fundación de la Siderurgia a través del cuál les cedemos el local de la Alhóndiga, en Murrieta. Además de restaurar el edificio, que tiene un valor emocional para las y los barakaldeses, podremos contar con una escuela de formación que, si ya era necesaria antes, ahora con las consecuencias de la actual crisis sanitaria va a ser clave»; ha resaltado la alcaldesa, Amaia del Campo.

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