La importancia de la formación e información para evitar riesgos laborales

Por todos es sabido que poseer información ayuda a tomar decisiones en cualquier ámbito de la vida de las personas, sobre todo porque nos permite analizar adecuadamente las opciones entre las que podemos escoger. Esto, por supuesto, también es aplicable al ámbito laboral, sin embargo, no siempre se tiene en cuenta a la hora de inculcar a los trabajadores la importancia de formarse e informarse sobre todos los aspectos que abarca su trabajo, entre los que destacaría el cómo evitar las situaciones de riesgo para reducir la siniestralidad laboral.

Aunque todos los sectores deben incluir dentro de sus planes el informar a sus trabajadores sobre cómo proteger su salud en determinadas situaciones, no todos tienen que hacer frente a los mismos niveles de riesgo. De hecho, cada uno de ellos debe hacer sus propios planes de acuerdo a sus necesidades ya que el escenario en el que trabaja un empleado de la industria poco o nada tiene que ver con el que tiene una persona que se dedica al tercer sector.

A pesar de la importancia que hay que darle a la formación dentro de todos los ámbitos, la construcción se puede considerar como un sector altamente sensible como consecuencia de los altos índices de siniestralidad laboral que suele registrar. No hay que olvidar que en los últimos años los datos han sido altos debido, especialmente, a su rápido crecimiento dentro de la actividad económica en España. Todo este enorme crecimiento fue un factor determinante para que los empresarios contratasen un mayor número de mano de obra poco cualificada y sin la información necesaria sobre cómo proteger su salud durante las horas que estaban en su puesto de trabajo. El resultado de todo esto fue que las condiciones laborales registrasen niveles de precariedad más altos que en otros periodos tal y como han venido reflejando las cifras en los últimos años.

Si recurrimos a las cifras y hablamos de la Comunidad Autónoma del País Vasco, los datos recogidos por Osalan entre abril de 2010 y marzo de 2011 comparados con el mismo periodo del año anterior, muestran una caída total de los accidentes de trabajo en construcción de un 11,86% y en el caso de las enfermedades profesionales, se registró una disminución del 6,6%. A nivel estatal, las cifras han mostrado un índice de incidencia total de un 7,5%. Aún así, es necesario interpretar estas cifras con cautela ya que sigue existiendo un alto índice de casos que no son registrados por la falta de la notificación correspondiente.

No bajar la guardia

Pero a pesar de que los datos están mostrando una realidad mucho más positiva que la anterior, no hay que olvidar que este descenso ha llegado como consecuencia, entre otras cosas, de la bajada de la población asalariada registrada debido a la crisis en sectores que suelen estar sujetos a riesgos más graves como la construcción y la industria. Por este motivo, no se puede bajar la guardia en materia de prevención en un momento tan crítico como el actual.

Aunque el solo hecho de tener información sobre cómo se debe actuar en determinadas situaciones para evitar situaciones de riesgo, no es la única solución para abordar este complejo asunto que requiere la coordinación de todos los actores que están involucrados en el mundo laboral, su papel es imprescindible.

En este sentido, no hay que olvidar que, tal y como se recoge en la Ley en Materia de Salud Laboral, el trabajador tiene derecho a recibir información comprensible sobre los riesgos de su trabajo desde el mismo momento en el que se produce la incorporación al puesto. Además, también se incluye el derecho a recibir información y formación en salud laboral para garantizar tanto la protección personal como la del resto de los compañeros, así como que la formación recibida por el trabajador debe ser teórica y práctica, adaptada a los riesgos existentes en cada empresa e impartida durante la jornada de trabajo. Finalmente, la ley garantiza que toda esta formación e información debe actualizarse si se modifican las condiciones de trabajo.

Pero la sola existencia de una ley que avale la importancia de ofrecer formación a los trabajadores para garantizar su salud en su entorno laboral, no implica que en la práctica se vaya a convertir realidad. De hecho, lograr el éxito en la aplicación de estas medidas solo es posible si se produce una aplicación conjunta por parte de todos los actores que juegan un papel relevante dentro del mundo laboral. Solo así se podrá garantizar la existencia de un flujo de información adecuado que transite sin cortapisas a través de los siguientes pilares básicos: la ley, en donde se tiene que exigir el derecho a recibir información por parte del trabajador; el empresario, quien debe aplicar las medidas necesarias para que el personal de su empresa no solo sea capacitado, sino que lo haga dentro de su horario de trabajo; la administración como entidad encargada de impulsar la aplicación de estas medidas; los sindicatos, sobre los que debe caer la responsabilidad de vigilar que se cumpla la ley en este sentido; y los propios trabajadores que deben ser conscientes de que el ser formados es un derecho, pero también una obligación ya que deben ser ellos mismos los que apliquen en su día a día todo lo aprendido.

A pesar de que se ha avanzado mucho en los últimos meses en materia de reducción de la siniestralidad dentro del sector de la construcción, hay que seguir insistiendo en la necesidad de apostar por la formación porque, como hemos visto, uno de los factores básicos para evitar un posible repunte del número de trabajadores que ponen en peligro su salud cada día, es poseer información.

Pilar Collantes Ibáñez

Experta en Organización en el Trabajo

Directora General de Osalan

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