ETS reducirá los garrotes por calor extremo en la red ferroviaria vasca

Euskal Trenbide Sarea, destinará a lo largo de este año alrededor de 2,5 millones de euros para limitar las deformaciones de la vía por dilatación con calor extremo en la red ferroviaria vasca. La mayor parte de este presupuesto se dedicará a la renovación de carril en los puntos más susceptibles de sufrir garrotes.
Las deformaciones de vía producidas por temperaturas elevadas son un fenómeno histórico, implícito en las líneas de vía métrica, debido a los pequeños radios de curva que predominan en la red ferroviaria vasca. Para reducir al máximo su incidencia y ante la posibilidad de mayores olas de calor como consecuencia del cambio climático, ETS ha multiplicado las medidas preventivas que suele aplicar con la llegada del verano, y las ha implementado con otras novedosas, como son el pintado de los carriles de blanco y el empleo de algoritmos.
El denominado como Plan para la reducción de exposición a fenómenos de calor en la vía en verano 2023 que ETS ha puesto en marcha, recoge que la medida preventiva contrastada más eficaz y a la que más recursos se van a dedicar es la renovación de vía. Ciertos tramos y curvas donde se han detectado los garrotes tienen el carril desgastado, presentan plataformas de vía mejorables en cuanto a capacidad portante y las sujeciones no son las más adecuadas. En estos puntos se han iniciado o se van a iniciar obras de renovación de vía para disponer un armamento mejorado. Uno de los componentes del armamento mejorado son las traviesas tacón que se clavan a la banqueta de balasto evitando el movimiento lateral de la vía por efecto de la dilatación del carril.
Otra de las actuaciones que ya han comenzado son la liberación de tensiones y otras operaciones de mantenimiento sobre carriles. Las intervenciones habituales que se desarrollan para preparar los raíles para altas temperaturas son tener la vía correctamente alineada y nivelada para una temperatura media templada. Una vez teniendo la vía en su posición ideal se puede proceder a liberar tensiones. Además de estas dos operaciones básicas es posible que haya que hacer otras operaciones adicionales.
La medida más llamativa, sin embargo, porque es más visible, es el pintado de carriles de blanco, que se ejecuta estos días a lo largo de tres kilómetros de la red ferroviaria susceptibles de padecer garrotes. El procedimiento consiste en el pintado con dos o tres capas de una pintura blanca especial en la mayor parte de la superficie del carril (cabeza, alma y patín) mediante un sistema semiautomático dispuesto sobre dos plataformas ferroviarias. La pintura tiene una duración de, al menos, tres años y consigue un descenso de la temperatura medida en carril por incidencia del sol del entorno de 9 – 10 ºC. Este descenso beneficia la no aparición del garrote o lo retarda o lo minimiza.
Este año también se ha aplicado una innovadora metodología a modo de experimentación. Utilizando una plataforma tecnológica y las posibilidades del big data, se ha desarrollado un prototipo que analiza las previsiones meteorológicas junto con otros datos, para predecir el efecto del pandeo en los carriles de la zona de estudio. De esta forma, se podría identificar el riesgo de un posible garrote, su magnitud y durante cuánto tiempo va a estar deformada la vía por efecto del calor.
Este desarrollo se utiliza combinando los datos de meteorología, los datos del entorno donde está la vía, datos de la geometría teórica y real de la vía y datos físicos de los componentes de vía y su degradación a través de un algoritmo que permita observar el pandeo del carril. La simulación no elimina el garrote, ni su aparición, ni su magnitud; sino que avisa de un estado futuro.
Este prototipo de prueba busca establecer medidas preventivas. Así, de un modo ajustado en el tiempo se podría predecir los días y horas en los que sea aconsejable adaptar la conducción (mediante la limitación de velocidad) hasta que la situación vuelva a la normalidad.
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