«Bilbao ha sabido conocerse y hacer cosas a su medida»

«Bilbao ha sabido conocerse y hacer cosas a su medida»

Entrevista-Cesar-Pelli

César Pelli, arquitecto creador de la Torre Iberdrola

Usted que ha conocido Bilbao incluso antes de que se construyese el Guggenheim, ¿qué recuerdos tiene de la villa?.
Siempre me ha parecido una ciudad muy simpática con gente igualmente amable, un sitio donde uno podría vivir, crear una familia y pasar una vida.

¿A quien recuerda como impulsor de la transformación que ha vivido Bilbao en las últimas tres décadas?.
Ustedes ya habían comenzado a transformar Bilbao antes de que apareciese Frank Gehry,. Estaban liberando Abandoibarra, había planes de construir un puente peatonal así como un museo en una de las puntas de esa zona, etc.  No obstante, Gehry  hizo un trabajo excepcional con el museo Guggenheim, para mi  sigue siendo su mejor obra.

¿Qué le gusta de Bilbao además de su torre y el museo?
Me encanta toda la zona de la Gran Vía, me parece que tiene enorme dignidad, está hecha a la escala del ciudadano. No es pretenciosa. Hay muchas pequeñas ciudades que construyen cosas pretenciosas como si fueran de otro orden, sin serlo. Bilbao ha sabido conocerse y hacer cosas a su medida.

Ganó el Master Plan de Abandoibarra en 1993, pero estuvo a punto de dejarlo porque se enfadó. Fueron a EE UU a convencerle de que volviera. ¿Cómo lo consiguieron?
Hubo varios momentos difíciles. Nos reunimos con el señor Josu Bergara (exdiputado general) en Chicago, en un hotel muy pequeñito . Me preguntó si estaría interesado en hacer el edificio para la Diputación (la torre que después sería la de Iberdrola, tras descolgarse la Administración). Y dije que encantadísimo. Pero siempre seguimos involucrados, nunca estuvimos totalmente fuera. Nosotros diseñamos un plan, la arquitectura fue hecha por arquitectos españoles, y lo hicieron muy bien. Yo estoy muy satisfecho con los resultados.
En este sentido, una de las grandes figuras responsable de esto es Iñaki Azkuna. Fue fantástico, tuvieron mucha suerte, fue muy buen alcalde. Y el anterior director de planeamiento urbanístico, ahora no recuerdo el nombre… Él propuso muchos cambios, la conexión del Nervión con Deusto a través del puente, traer el barrio dentro del ámbito de la ciudad. Lo hizo y funciona.

¿Le añadiría algo a Abandoibarra?.
Para mí, Abandoibarra es Bilbao, no lo veo como algo independiente. Lo hicimos para que fuera una extensión de Bilbao, que el Ensanche llegase a la ría. Era maravilloso cuando todo estaba en construcción, hecho un desastre, y estaba lleno de gente, que llegaba por el museo y por la otra punta. No sabías ni cómo entraban, y estaban sentados, paseando, charlando. Era una aspiración que ya habíamos sentido que existía en la gente de Bilbao, y estamos orgullosos de haberla cumplido.

Hace más de cuatro años que no viene, ¿qué cambios ha notado?
Los árboles y las plantas están crecidos. Da gusto. Con el paisajismo, ves los resultados a largo plazo. Todavía les falta un buen periodo de crecimiento, pero tienen forma y vida, el camino de alrededor de la Plaza Euskadi está sombreado, vi gente sentada en los bancos leyendo…

¿Considera que el crecimiento de Bilbao pasa por la construcción de grandes edificios verticales, como las torres de Garellano?.
Eso es casi inevitable si la ciudad sigue creciendo, porque solo hay dos opciones: extenderse horizontalmente o verticalmente. Si se opta por lo primero, eso significa más caminos, mas coches y más polución, lo cual me parece nefasto. Pero si  se concentran, eso sólo provoca que haya más densidad de gente, y para mí eso es bueno porque crea vida, aprendes a relacionarte con diferentes tipos de personas. Eso en el mundo de hoy es necesario.

Precisamente, usted suele hablar mucho del carácter integrador de la arquitectura, como ayudar acercar a diferentes colectivos.
Si, para mí, la función del arquitecto en casi cualquier trabajo es saber que estamos haciendo un pedazo de ciudad, no solo un edificio. La obra maestra es la ciudad, hecha a través de los siglos, de las distancias. Hay torres muy altas que se ponen en lugares equivocados. Un rascacielos requiere una visión general de hacia dónde va la ciudad, no se puede poner en cualquier parte. Sería un desastre para el Ensanche si comenzasen a poner torres. Yo las pondría en los perímetros, frente a las montañas. Pero tiene que hacerse con mucho cuidado, porque este es un paisaje muy frágil.

Si todas las ciudades son obras maestras, ¿cuál es la suya?
Las ciudades son de todos los arquitectos que las han convertido en lo que son durante la historia. Algunas han dejado de crecer, se quedan embalsamadas, pero siguen siendo hermosísimas, como Venecia. Visitarla en un placer inmenso, es la más bella y la que se aproxima un poco es Kioto. Para mí, mis obras son como mis hijos y los tengo que querer en la misma cantidad, aunque de forma diferente, pero todas son igualmente importantes.

¿Conoce el proyecto de Zaha Hadid para Zorrozaurre? .
No, lo desconozco. Es una gran pena que se haya muerto, la tenía un gran respeto, era una mujer de un coraje increíble.

¿Qué le supuso recibir el premio ‘Bia’ de Arquitectura?
Fue increíble recibir un premio por otros arquitectos. Es un placer enorme, me hace sentir que todo lo que estuvimos haciendo desde 1993 valió la pena y que nuestro esfuerzo y visión fue reconocido.

¿Siempre quiso ser arquitecto?
No sabía que existía la arquitectura hasta los 17 años, que me topé con ella en la facultad, y me encantó la idea de diseñar y al mismo tiempo contribuir a la sociedad, hacer obras de arte con valor social. Casi no hay otra profesión que dé esa posibilidad, y me pareció que era algo a lo que podía dedicar toda mi vida. Ahora los jóvenes trabajan con computadoras, y yo no sé. Pensar con una computadora es diferente que pensar con el lápiz. Yo sigo pensando con el lápiz. Soy de otra época.

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