Seis grupos empresariales se interesan en la construcción de la nueva Termibus

Seis grupos empresariales han solicitado tomar parte en el diálogo competitivo para la construcción de la estación intermodal en Garellano. Las empresas son: José Antonio Olabarri y Sacyr; Constructora San José y Urbania ZH Gestión; Cointer Concesiones S.L.; UTE, Inbisa, Técnicas Reunidas S.A., Sige Contratas u Eslora proyectos; Viuda de Sainz y Construcciones Amenabar, y, por último, Murias Construcciones.

A partir de ahora, y una vez que hayan mostrado las empresas su solvencia técnica, el Área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao abrirá un periodo de diálogo de 3/4 meses en el que se mantendrán conversaciones paralelas e individuales con cada uno de los grupos empresariales y sin comunicación entre ellos a efectos de definir el mejor proyecto. Pasado ese tiempo el proyecto estará definido, listo para la licitación.

¿Qué es el dialogo competitivo?

El diálogo competitivo es una fórmula novedosa que tiene a su disposición la Administración y que se utiliza cuando los contratos tienen un cometido completo. La Administración puede solicitar la colaboración de empresas para determinar y definir la mejor manera de llevar a cabo un proyecto, en este caso la Intermodal de Garellano. Se trata de una fase previa a la licitación.

Antecedentes.

El proyecto de la nueva terminal de autobuses en Garellano es, según fuentes municipales, un “proyecto clave para la ciudad”, pero se está encontrando más problemas de los esperados a la hora de encontrar empresas que se interesen en su desarrollo. El  año pasado se presentó por primera vez el concurso de licitación para la ejecución de dichas obras, pero quedó desierto. Ni una sola empresa, UTE o grupo empresarial presentó su candidatura.

El elevado importe de la iniciativa, 55 millones de euros, y la falta de financiación que sufren actualmente las empresas de la construcción, son algunas de las explicaciones que barajan los representantes institucionales para justificar que el concurso quedara desierto.

Como consecuencia, se han rebajado las previsiones iniciales al reducir las dimensiones de la estación de autobuses a dos plantas soterradas y un parking. El Ayuntamiento también ha eliminado la comisaría que estaba prevista y correrá con los gastos de urbanización del espacio ganado para la ciudad. A lo que no renuncia es a contar con una plaza diáfana de 7.000 metros cuadrados y a garantizar los mejores accesos con las mínimas afecciones posibles a Luis Briñas. En este sentido, también exigen una “interlocución constante con los residentes, en especial con la asociación de vecinos”.

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