El seguro en la construcción

Con la mitad de 2012 a nuestras espaldas, la economía española no mejora y la vasca tampoco.  Vemos desde la actualidad la ayuda europea a España de 100.000 millones de euros dejando atrás los recortes de 27.000 millones contemplados en los Presupuestos Generales del Estado de 2012, los 10.000 millones en sanidad y educación, un incremento de IVA cada vez más cercano, la prima de riesgo en máximos históricos, caídas de la bolsa, de la producción industrial, de las  hipotecas, de los precios de la vivienda,…

Analizando el sector en unas breves cifras podremos observar como los ajustes que se están dando son tremendamente severos.

La construcción residencial sigue en contracción. Se aceleran los descensos tanto de las ventas de viviendas, como de solicitud de visados y de viviendas terminadas.

Respecto a las viviendas iniciadas, se está consolidando un nuevo desplome en la solicitud de visados de construcción residencial. En los últimos cinco meses se observa una caída superior al 35 %.

Asimismo, las viviendas terminadas mantienen su ritmo constante de caída cercano al 30%. Desde el punto de vista positivo de esta contracción podría estar el esperado inicio de la reducción de stocks de viviendas nuevas por vender, aunque ello dependerá también de la evolución de la demanda, que aún topa con una intensa restricción crediticia de un sistema financiero en situación de riesgo.

La venta de viviendas nuevas, necesaria para esperar una recuperación de la construcción residencial, sigue desplomándose y las entidades financieras, tras la aprobación del nuevo Plan de  saneamiento bancario, apunta a una bajada de precios y aceleración de los procesos de venta de vivienda en manos de los bancos.

El precio de la vivienda continúa en descenso, acumulando cerca de un 30% desde Diciembre de 2007.

Edificación Terciaria: en la parte pública, el acumulado hasta marzo ha registrado un mayor desplome en su licitación superando el 60 % respecto del mismo periodo del año anterior. Con respecto a los visados para la construcción no residencial podemos confirmar que la caída prosigue.

En lo que afecta al sector seguros con respecto a la construcción, se ha pasado en un corto espacio de tiempo de contar con unos números de contratos y primas de seguros muy altos a ver reducido este número drásticamente, no solo en las pólizas temporales sino también en las de renovación periódica.

Son muchos los ramos aseguradores que entran en juego en el sector de la construcción y en todos ellos el número de contratos y capitales asegurados se ha reducido considerablemente, bien por la reducción de capitales asegurados, bien por el no aseguramiento por parte de los responsables de las empresas, a pesar de la obligatoriedad de aseguramiento de algunos de ellos.

Es de obligada mención lo complicado del mercado financiero actual, sobre todo a la hora de facilitar condiciones para el afianzamiento de capitales, hecho que desvirtúa la posible oferta aseguradora a facilitar a las empresas de construcción.

Las situaciones contables y los informes que se presentan en muchas ocasiones, arrastran desequilibrios financieros que provocan que las compañías de seguros no vean viabilidad en la contratación de un seguro de afianzamiento, ya sea para una obra pública o privada, quedando la empresa de construcción sin opciones de presentarse a la licitación.

No podemos olvidar, la presión de la banca a la hora de prestar este tipo de avales con la obligatoriedad de contratar el resto de seguros a través de ellos, forzando la oferta objetiva del programa de seguros de las empresas de construcción, tanto en condiciones como en primas.

Esto hace que las empresas de construcción cuenten con una oferta limitada y muchas veces sesgada para la contratación de su programa de seguros.

Conjugar una oferta equilibrada entre las necesidades de las empresas de construcción, las posibilidades de pago de las mismas y las ofertas condicionadas promovidas por la banca se hace harto complicado, que en muchas ocasiones aleja la objetividad de la oferta.

Por otro lado, se está dando cada vez más la figura del autoseguro, en la que muchas empresas ante las dificultades de ingresos y de liquidez, están dejando sin asegurar a través de compañías de seguros parte de sus riesgos, sobre todo aquellos que consideran de menor valor, y en otros casos, si que se están asegurando, pero con capitales tan bajos que entran en el peligroso juego del infraseguro.

En estos casos, el patrimonio de la empresa está quedando desprotegido ante un posible evento, haciendo que de producirse éste, la viabilidad de la empresa quede comprometida.

Al igual que en la medicina contamos con la medicina preventiva, en el aseguramiento de los riesgos contamos con la gerencia de riesgos.

La gerencia de riesgos persigue mediante la implantación de medidas de control, minorar estos riesgos, ajustando esta exposición al riesgo lo máximo posible, de forma que la parte de riesgo que hay que trasladar a las compañías de seguros sea la menor posible obteniendo un programa de seguros equilibrado para cada empresa.

Hecho esto, la tarea de transferencia de estos riesgos a las compañías de seguros es sencilla, contando con los medios humanos y técnicos más profesionales se consigue elaborar programas de seguros a medida de cada empresa.

Estamos ante un panorama económico, que queramos o no, va a conllevar un cambio de modelo de negocio y estructura empresarial en todos los sectores, el cual nos está obligando a que replanteemos eficazmente cada engranaje de las empresa, incluidos los programas de seguros y productos aseguradores que garanticen su desarrollo y evolución sin contratiempos.

Fuentes: INE, Ministerio de Fomento,
Colegio de Arquitectos, Tinsa y Seopan.

César Morales

Gerente de Riesgos
cesar.morales@munvisa.com

Recibe nuestras noticias
Suscríbete GRATIS